Antes de crear y forjar tu imperio empresarial, debes aprender a gestionar tu marca personal.
Si, aunque no te lo parezca, TÚ, tanto si trabajas para una empresa como si gestionas tu propio negocio (ese al que le has dado un nombre tan bonito y en el que has puesto tanto esfuerzo y pasión) o incluso si estás pensando en emprender, eres la persona que lo representa; tú eres el espejo de su alma, el espejo de la marca corporativa para la que trabajas y en ti se refleja lo que es tu negocio.
Y dicho esto… ¿Cómo quieres que te vean?: ¿Auténtico, honorable, honesto, seguro y transparente cómo un Jedi?, ¿O hipócrita, vil, cobarde y opaco como un Darth Vader?
Tu marca personal es el escaparate y la tarjeta de visita de tu marca corporativa, es tu tarjeta de presentación y al consumidor nos bastan unos pocos segundos para hacernos una imagen de cómo es la persona que tenemos enfrente. Piensa que, como dijo Groucho Marx: «Nunca tendrás una segunda oportunidad de causar una buena primera impresión»
A estas alturas, seguramente ya te habrás dado cuenta de que es imprescindible, por no decir obligatorio, estar presente en internet. Todos buscamos en internet, comparamos, pedimos opiniones, miramos y prácticamente tomamos nuestra decisión de compra después de haber realizado ese pequeño análisis.
Hoy día, aún son son muchos los autónomos o pequeñas empresas que no se pueden permitir hacer una pequeña inversión en un profesional o agencia que le asesore y oriente en su estrategia de comunicación, sea por el motivo que sea: desconocimiento, desconfianza, malas experiencias, falta de presupuesto, etc., el camino directo y rápido es lanzarse directamente al mar, sin más, sin red, sin neopreno, ni oxígeno, ni recursos… recursos como el tiempo, el más valioso y cotizado para el autónomo. Por un lado, es un acto valiente y plausible; por otro, arriesgado y peligroso.
¿No puedes permitirte invertir en un profesional? Bien, mi consejo es que te pongas en la piel de tu público objetivo, de tus clientes, esos a los que te quieres dirigir y a los que les vas a hablar de tu maravilloso producto o servicio; tu target, al que tienes que cautivar con tus mensajes para que lleguen a tu producto o servicio.
Piénsalo bien… Por ejemplo… ¿Irías a comer a un restaurante cuyo cocinero transmite públicamente a través de sus redes sociales una imagen bastante sucia y descuidada? ¿Comprarías algo en un «comercio justo» si supieras de buena tinta que su propietario no tiene contratado a su personal, o que compra su mercancía en países donde «esclavizan» a los niños? Como estos, podríamos mencionar infinidad de ejemplos.
Gestionar de manera adecuada tu marca personal será clave para captar o retener a tu público, piensa que lo más cercano a ti es la familia, los amigos… estamos enlazados y el boca a boca funciona. Comunicar es cuestión de lógica.
Un último ejemplo, imagina que tienes una empresa de servicios de limpieza, has hecho una inversión en una una web que transmite buena imagen, moderna, limpia… tus redes sociales también lo transmiten; pero tú, en tu entorno personal y círculos cercanos (digitales o no), no comunicas o transmites una imagen contraria, desordenada, desorganizada, descuidada, poco discreta… ¿Tú contratarías a tu empresa?
Piénsalo…