A veces no entiendo nada… Esta semana ha sido muy reflexiva para mi, de esas que no dejas de observar y analizar todo lo que acontece a tu alrededor (sobre todo, lo relacionado con tu sector), de esas en las que te cuestionas todo, de las que no paras de sacar conclusiones por todo, conclusiones que te llevan al mismo sitio.

Le he dado muchas vueltas a perfiles y empresas a los que hago seguimiento en internet y redes sociales para ver cómo evolucionan, como se comportan, cómo se comunican, si cosechan éxitos o en cambio, están abocados a un triste final. No soy juez ni parte, lo hago por deformación profesional, por aprender, de lo bueno y de lo malo, por ser mejor profesional, mejor en mi trabajo.

¿Hacia dónde te diriges?

Veo cómo muchas empresas, emprendedores y profesionales se lanzan a un mar embravecido, un mar lleno de feroces y voraces tiburones, un mar donde intentar sobrevivir y no naufragar. Pero no veo un rumbo trazado, no veo un destino, una  meta, un salvavidas, un kit de supervivencia. ¿A dónde van todos?, ¿qué hacen todos en el mar?, ¿qué buscan? ¿cuánto aguantarán?, la mayoría están perdidos, sin un mapa…

Me entristece pensar que muchos de ellos se han lanzado empujados por la situación económica por la que estamos pasando, parece que en este país no queda más remedio que emprender y que para vendernos tengamos que estar obligatoriamente en las redes sociales (cuantas más, mejor), crearnos un blog (cuanto más escribamos mejor) y empezar a hacer contactos a diestro y siniestro en linkedin (cuantos más, mejor).

Después de mi semana reflexiva llego a la conclusión de que algo no funciona dentro de este sistema «marketero y comunicacional» en el que nos vemos envueltos, y me atrevo a concluir que el problema está en que hay demasiada infoxicación. En cierta manera toda la información que circula por la red es la que empuja a los emprendedores, profesionales y empresas a lanzarse a ese mar lleno de peligrosos tiburones, a hacer las cosas de una forma u otra, que será más o menos acertada. Sí, toda esa información que hemos creado nosotros mismos, ¿recuerdas? cuando empezó toda esta historia del 2.0… Pero ¿y cómo saber ahora cuál es la fuente de información fiable? ¿cómo saber en quién tienes que confiar? ¿cuál es el post que vale de verdad? ¿el que ha escrito quién…?. Yo, observo mucho, observo y analizo, analizo y concluyo, y cada día tengo más claro que la mejor publicidad es el trabajo bien hecho.

Y para que no te vayas con las manos vacías después de haber leído mi reflexión, te recomiendo que, cuando te embarques, tengas en cuenta estos pequeños consejos:

  1. Busca un destino, ¿a dónde quieres llegar? ¿qué quieres conseguir? (será tu objetivo)
  2. Trázate un rumbo, dibuja un mapa, un camino para evitar a esos indeseables tiburones (será tu estrategia)
  3. Equipa tu barco, no te olvides del salvavidas, los remos, la vela, el timón, un sextante… (serán tus acciones)
  4. Y si no quieres sentirte solo en el camino, siempre puedes poner un consultor o estratega en tu vida que hará que tu viaje sea inolvidable, atractivo y diferente… hizo Nemo cuando encontró a Doris ¿o fue Doris quién encontró a Nemo?. ¡Pero asegúrate de que no pierda la memoria como Doris! 😉

Y tú, ¿tienes un rumbo definido? ¿piensas que hay demasiada infoxicación? 😉